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© Manuela Sousa

SERPA NATURAL,

PREPÁRESE PARA CONOCER EL LADO MÁS NATURAL DEL ALENTEJO.

Por tierras de Serpa no deje de bajar hasta el Guadiana, el gran río del sur, y conocer algunos de sus tramos más emblemáticos. Por el camino, observe el montado de encina, un paisaje que va escaseando, de enorme interés paisajístico, cultural y ambiental. Ponga todos sus sentidos a prueba, agudice la mirada, apure el olfato, despierte el tacto y escuche, disfrute.

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PARQUE NATURAL DEL VALLE DEL GUADIANA

Con más de 69 000 hectáreas y ocupando una parte del concejo de Serpa, esta área protegida acompaña al río y se extiende desde la zona río arriba del Pulo do Lobo hasta el arroyo de Vascão, frontera entre el Alentejo y el Algarve.

 

Este parque natural tiene en el concejo de Serpa diferentes aspectos que justifican una visita pausada y uno de los más conocidos es el Pulo do Lobo, que en breve tendrá una estructura de pasadizos.

© CMS, Rio Guadiana

EL CAMINO HASTA EL PULO DO LOBO

El mejor acceso al Pulo do Lobo está en la carretera que une Serpa con la Mina de São Domingos, en el cruce hacia Vale do Poço. Atravesando esta localidad, puede seguir las indicaciones a lo largo de la carretera asfaltada hasta el cruce que indica «Pulo do Lobo a 2 km» (a la izquierda). A partir de ahí, el camino es de tierra batida bien conservada. Al llegar a un claro, justo antes de una bajada muy acentuada, debe dejar su medio de transporte y proseguir a pie. No considerará perdido el tiempo del camino, pues el paisaje es magnífico.

El camino es digno de ser apreciado. El montado de encina tiene aquí alguna expresión, principalmente en asociación con los pastos. Al principio del día, quizá consiga observar rebaños de ovejas pastando y, quién sabe, hablar con algún pastor sobre este modo de vida tan poco habitual ya. De la leche de estos rebaños se produce el famoso queso Serpa DOP, uno de los productos locales de excelencia.

Este paisaje, de rara belleza, es el que más fuertemente se asocia con el Alentejo. Corresponde a un sistema ecológico que fue siendo perfeccionado por las comunidades para mejorar y rentabilizar los escasos recursos de una región caracterizada por un clima mediterráneo y suelos pobres.

Tradicionalmente, encinas y alcornoques dispersos se asociaban a los pastos, matorrales o cultivos extensivos de cereales. De ahí procedía el corcho, la madera, los productos pecuarios, de apicultura/miel, plantas aromáticas y medicinales, setas y caza.

Es un escenario que está en la base de la identidad de la región e inspira diferentes manifestaciones culturales. Está presente en la gastronomía, en las tradiciones, en el Cante y en el imaginario de las poblaciones. Su contemplación es un placer para la vista. A lo largo del año, los colores y matices van cambiando, acompañando los ritmos de las actividades que allí se desarrollan.

Es uno de los hábitats con mayor cantidad de especies faunísticas donde los seres humanos también están presentes. Solo hablando de vertebrados terrestres, cuenta con más de 130 especies. No será difícil ver urracas, carboneros, trepadores y, con algo más de suerte, aves de rapiña, búhos o lechuzas.

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© Nicola Di Nunzio, Montado

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EL PULO DO LOBO

Antes de empezar a bajar, tómese su tiempo para apreciar todo el paisaje que se ve desde la mitad de la cuesta, pues es monumental e impresiona por su grandiosidad. Observe el gigante y sinuoso pasillo por el que corre el agua, entre grandes paredes rocosas. 

 

Su mirada conseguirá, aquí, identificar dos valles. Uno bastante ancho y redondeado, escavado a lo largo de miles de años por la fuerza de las aguas que bajaban de la fuente en dirección al mar. La reducción del caudal, debido a la última glaciación, inició un proceso de excavación de otro canal, por donde el agua corre ahora, más profundo, al que llamamos "Corredoura".

© Shutterstock

El "Pulo do Lobo", una caída de agua formada por el contacto de la fuerza erosiva en sentido inverso, del mar hacia la fuente, en contacto con las cuarcitas más duras aquí existentes, es un auténtico monumento natural en el que la composición escénica de rara belleza se conjuga con las particularidades geomorfológicas y el elevado interés de este lugar a nivel de biodiversidad.

Estando atento a los márgenes del valle puede observar una diversidad de especies de flora que caracterizan el matorral mediterráneo. En las zonas en las que menos se nota la intervención humana marcan presencia el pimentero del Brasil, el mirto, el madroño, el acebuche, el tojo, el romero y el tomillo combinados con encinas que no solo se pueden admirar, también se pueden oler, pues desprenden aromas increíblemente intensos, especialmente en la primavera.

El río confluye en una garganta con 15 m de altura, el famoso Pulo do Lobo, que solo conseguirá ver bastante más cerca del final de la bajada. La fuerza de las aguas al pasar por esta garganta estrecha y apretada muestra su vigor cayendo después en la laguna que la recibe, el Pego dos Sáveis. 

© CMS, Rio Guadiana

Aquí los sentidos son realmente puestos a prueba. Los sonidos, los olores, las texturas y las formas de las rocas, la salpicadura del agua... Este es un lugar de referencia para las comunidades locales. Por aquí se pescaban las especies migradoras durante el invierno, un desafío de alto riesgo hasta para los pescadores más atrevidos. Lampreas, sábalos, sabogas, barbos y anguilas podían caer en la red.

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© CMS, Rio Guadiana

También es un lugar de leyendas e historias, unas más reales que otras. Conversando con los habitantes de los alrededores podrá conocer algunas de estas historias.


Por aquí y por otros pasos del Guadiana, durante la Guerra Civil española y en los años siguientes, hasta la década de los 60, se hacía contrabando de harina, arroz y café o tabaco.

Una mirada atenta podrá identificar algunos indicios de la diversificada fauna que habita estos parajes. Con mucha suerte podrá observar el águila perdicera o el águila real, dos de las rapaces de mayor interés para la conservación que se ven en el parque. De más difícil observación será el lince, el felino más amenazado del mundo, que desde principios de 2015 está siendo reintroducido en esta área protegida, con resultados realmente positivos. 

José Saramago escribía, a propósito del Pulo do Lobo: "el rio hierve entre paredes durísimas, rugen las aguas, brotan, golpean, refluyen y van royendo, un milímetro por siglo, por milenio, un nada en la eternidad".

OBSERVE EL MAGNÍFICO PULO DO LOBO

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